La reciente aprobación y posterior entrada en vigor de la Ordenanza Contra la Contaminación Acústica, Ruidos y Vibraciones ha puesto de manifiesto una vez más la escasa, prácticamente nula, importancia que desde el Consistorio Municipal se otorga a las peñas flamencas de la capital.
El día 13 de septiembre de 2013 se publicó en el “Boletín Oficial” de la provincia de Sevilla – número 213 – la propuesta de aprobación de dicha Ordenanza. El artículo 5, en el segundo párrafo, decía:
“Actividad con música en directo: toda actividad donde la música, incluido el cante, en cualquiera de sus acepciones y variedades, se genere por interpretación directa de actuantes o ejecutantes, usando o sin usar elementos amplificadores de sonido y altavoces. Dentro del concepto de música en directo se incluirán las representaciones o actuaciones musicales en directo empleando cualquier tipo de instrumento, elemento o arte que genere cualquier tipo de sonido. Quedan exceptuadas de dicha consideración las actividades de cante desarrolladas en el ámbito de las asociaciones culturales federadas sin ánimo de lucro, peñas, donde el cante se desarrolle utilizando únicamente la voz humana y el acompañamiento de guitarra de cuerda sin instrumento amplificador, altavoz o de megafonía. En todo caso estas asociaciones vendrán obligadas a adoptar las medidas de aislamiento acústico necesarias para garantizar que no se superen los valores límites establecidos legalmente”.
Esta redacción suponía, por primera vez, que en las peñas podríamos tener LEGALMENTE música en directo y, por tanto, poder desarrollar las actividades propias de la asociación, en especial tertulias y recitales. Había que esperar a la aprobación definitiva de la Ordenanza tras el trámite de reclamaciones y sugerencias preceptivo. Ésta se demoró diez largos meses hasta el 25 de julio de 2014, fecha en la que se aprueba definitivamente en el Pleno del Ayuntamiento. En su redacción definitiva desaparecen los seis reglones en negrita, copiados literalmente arriba del “borrador” de la Ordenanza, y nos vuelven a dejar al margen de la legalidad sin una explicación, sin que podamos comprender la causa. No comprendemos por qué no podemos realizar nuestras actividades garantizando medidas de aislamiento como establecía la primera redacción de la Ordenanza.
El Consistorio de la ciudad de Sevilla, tal vez tenga el triste y desafortunado récord de ser el de la ciudad andaluza que menos se preocupa de cuidar las peñas flamencas. Ciudades como Málaga, Granada, Almería o Cádiz, por citar algunas, tienen a sus peñas emblemáticas ubicadas en magníficos edificios de la ciudad. Y si hablamos de Jerez nos embarga una tremenda y sana envidia saber que las peñas están ubicadas en edificios, todos ellos, donados por el ayuntamiento.
¿Qué ha hecho el Excelentísimo Ayuntamiento de Sevilla por nosotros durante los cuarenta años de existencia de las peñas flamencas de nuestra ciudad? NADA.
Acaba de desperdiciar una oportunidad de sacarnos de la precariedad en la que desarrollamos nuestras actividades al seguir vetándonos el derecho a realizar nuestras tertulias y recitales en nuestras casas. Peñas como La Fragua de Bellavista, Manuel Mairena o Cantes Al Aire en Triana han tenido que cambiar de ubicación en más de una ocasión por no tener casa propia. La Peña Torres Macarena tiene su sede en una casa sevillana propia en pleno barrio de la Macarena, y desde el año 2006 ha tenido que restringir los horarios y las actuaciones.
Algunas veces se dan situaciones curiosas y hasta kafkianas. Contratos de la Federación de Peñas Flamencas de Sevilla con alguna Delegación del Ayuntamiento para hacer recitales en peñas; petición de Torres Macarena para hacer alguna actividad de cante y recibir por respuesta “vosotros podéis llevar a cabo las actividades que tenéis en vuestros estatutos aprobados por la autoridad competente”. Perdone, pero nuestras actividades principales desde hace cuarenta años son LAS TERTULIAS Y LOS RECITALES y en ambos hay cante en directo sin megafonía.
Después de cada Bienal de Flamenco el alcalde de turno aparece en los medios de comunicación -prensa, radio y televisión- sacando pecho, engolando la voz, orgulloso por el éxito de los eventos presentados, por el lleno absoluto de los espectáculos, por los millones de euros que han recalado en nuestra ciudad gracias al turista nacional y extranjero que se ha dado cita en el algo más de mes que ha durado. Pero no recuerda que el flamenco de base sale de las peñas flamencas, que la Bienal de Flamenco nace en 1979 en la Peña Torres Macarena, que al año siguiente tuvo lugar la primera y ya van dieciocho ediciones en 35 años desde su creación.
Resulta difícil comprender lo inexplicable. Pero si algo tenemos claro es que continuaremos en nuestras peñas con las actividades de siempre, disfrutando con los jóvenes que se inician en este difícil arte y con los mayores, muchos de ellos ya consagrados y grandes artistas flamencos.
Seguiremos llamando a las puertas del Ayuntamiento para hablar con el Sr. Alcalde, se llame como se llame y sea del partido político que sea. Alguno tendrá que darse cuenta de la anómala situación y pasará a solucionarlo. Como buenos flamencos somos optimistas y estamos convencidos de ello. La cuestión es, ¿será el alcalde actual, o tendremos que seguir esperando, sine die, la llegada del mesías para el pueblo de las peñas flamencas de la capital hispalense?